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¿Corremos demasiado en el deporte?


¿Corremos demasiado en el deporte?

En el deporte, la gestión del tiempo es un factor relevante en muchos momentos y, sobre todo, en las diferentes etapas de la formación de un deportista. Este proceso formativo es una tarea compleja y controvertida en algunos momentos.

Estos tiempos se basan en tópicos, en creencias y, tal vez, en una mala gestión de las expectativas por parte de los deportistas y el mismo entorno de éstos.

Alevines del Barça y el Betis se enfrentan en el torneo Vila de Peralada. Foto: Lluís Serrat

En este sentido, el primer dilema aparece cuando analizamos la edad de inicio en la práctica de un determinado deporte y nos encontramos disparidad de opiniones y pareceres sobre el momento idóneo para iniciarse en una determinada disciplina deportiva. Existe la creencia de que, cuanto antes se empiece, mejor; sin embargo, debemos tener presente que los niños deberían practicar el deporte que se adapte a sus habilidades y en aquello de lo que son capaces, sin ponerlos exigencias muy altas.

Esta iniciación al deporte puede ser monodeportiva o polideportiva. Hay también quien piensa que, cuanto antes especializamos los niños en el deporte que desean (o desean los adultos ...), antes se aprenderá y se dominará, y antes llegarán las victorias y los éxitos, por delante de los competidores. En esta línea, deberíamos tener presente y aplicar el símil del "mejor aprender primero a andar y, después, a correr".

A menudo se olvida el concepto de orientación deportiva, que intenta proponer aquella modalidad más adecuada a las características y al perfil del niño / a y guiarlo hacia aquellas disciplinas en las que encaje mejor.

En las primeras etapas de contacto con el deporte, este suele combinarse con otras actividades fuera del horario lectivo, con lo cual nos podemos encontrar con la denominada hiperactividad extraescolar atendiendo al elevado volumen de actividades que realizan los niños en los ámbitos deportivo, cultural, musical, de idiomas, etc.

Esta gestión de los tiempos se confunde también con muchas contradicciones como la de la cantidad respecto a la calidad de los estímulos que se dan a los deportistas. No es un problema de mucha actividad o de mucho tiempo de práctica deportivos, sino de la calidad de lo que el niño/a aprende y de cómo lo hace, lo reflexiona y lo interioriza a lo largo de su formación deportiva.

Otra contradicción de este proceso radica en el dirigismo versus el autonomismo. Deberíamos dejar a los deportistas aprender de forma autónoma y que sean conscientes y conozcan lo que hacen y cómo mejoran. También lo es la reproductividad versus la espontaneidad: se debería dejar experimentar a los niños y no llevarlos a repetir las mismas acciones sin hacerles pensar en lo que están haciendo.

Estos dilemas en muchos casos generan impaciencia en los interlocutores presentes en el proceso de formación tales como deportistas, padres y madres, entrenadores, etc .; y esa impaciencia manifiesta no deja disfrutar de lo que rodea la práctica deportiva.

Ángel Gabilondo, cuando era rector de la Universidad Autónoma de Madrid, escribió un artículo publicado en el diario La Vanguardia el 6 de octubre de 2008 titulado "Tiempo de enseñar y de estudiar" donde apuesta por fomentar la cultura del esfuerzo a nivel escolar, reflexiona sobre cómo aprenden los estudiantes y que es la hora de esforzarse y de luchar por objetivos y metas de manera individual siendo conscientes de las propias evoluciones y avances. Y al deporte esta reflexión es igualmente válida y muy potente.

Enlazando con la reflexión de Gabilondo, en el ámbito deportivo, los practicantes, ya de muy jóvenes, deben familiarizarse e interiorizar diferentes tipos de saber: el saber teórico, como lo que se aprende a nivel conceptual, el saber ser y estar, relacionados con las actitudes y con el respeto, y la transmisión de los valores que fomenta y facilita el deporte, y el saber hacer, como aprendizaje, dominio y puesta en práctica de aquellas habilidades y destrezas propias del deporte practicado.

La combinación de estos saberes en todas y cada una de las situaciones que se desarrollen en entrenamientos y competiciones, muchas de ellas nuevas, diferentes y enriquecedoras debe poder ayudar al desarrollo del deportista-persona, y esta meta no se alcanza en un fin de semana, como bien se puede entender, sino que es necesario mucho tiempo y paciencia.

Los padres, madres y acompañantes deben ser facilitadores de todo este proceso y, como mínimo, no dificultarlo. La presencia de padres y madres a las sesiones de entrenamiento, al dar consignas a los propios hijos / as, a los compañeros o los mismos oponentes, al cuestionar el entrenador/a, etc., no ayudan a facilitar el proceso y potencian la ansiedad de los deportistas.

Es evidente que los padres y las madres quieren lo mejor para sus hijos e hijas, pero, a veces por desconocimiento o por una mala gestión de las expectativas y los logros de los niños, los padres no son conscientes de ello y con el excusa del "es que me pongo muy nervioso" o "lo quiero ayudar" quiere teledirigir lo que considera que debería hacer su hijo/a en el entrenamiento o partido y se sienten expresiones como "sigue ...", "chuta ... "," colocado bien ... ", y todas estas consignas eminentemente ubicadas en el saber hacer del que hablábamos hace un rato, no suelen llegar a oídos de los deportistas, y si llegan, pueden no afectarles o pueden conseguir efectos como desorientación, pérdida de credibilidad del entrenador / a, y conflictos entre los propios compañeros de juego.

Es muy interesante y revelador observar en los padres y madres la posición, la actitud postural y personal, las críticas al entrenador / a, al árbitro o juez, y los comentarios entre padres y acompañantes de esta impaciencia, teledirección y sobreprotección hacia los deportistas, y eso, definitivamente, no ayuda en el proceso.

Es bueno reflexionar sobre el abandono deportivo en edades tempranas debido a diferentes factores como la falta de formación y experiencia de los técnicos deportivos y la presión y exigencia del entorno de los deportistas.

Se debe insistir en el aprender, entrenar y competir disfrutando ya desde las primeras etapas en la práctica deportiva al nivel que sea. Seguramente así, este proceso fluirá más y mejor y los deportistas lo vivirán con más intensidad y durante mucho más tiempo.

Josep Campos Rius

Profesor de Vibliotec

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